Las estadísticas hablan por sí solas. Desde que la mediación se implantó en Gran Bretaña hace 10 años, la litigiosidad se ha reducido un 60% y el Estado se ha ahorrado 8.000 millones de euros. Agustín Azparren, presidente del GEMME, Grupo Europeo de Magistrados por la Mediación en España, considera que su principal ventaja, los acuerdos entre las partes, «mejorarán la calidad de la justicia». Para ello, ayer en el Tribunal Superior de Justicia del Principado de Asturias Azparren firmó junto a Pascual Ortuño, vicepresidente de GEMME, y Pilar Martínez Ceyanes, jueza decana de Oviedo, el protocolo del acto para la constitución del punto neutro para la implantación de la mediación en Asturias. Al acto acudieron Ignacio Vidau, presidente del Tribunal Superior de Justicia, y representantes de distintos colegios de abogados.
El objetivo, explicó Azparren, «es promover la mediación y difundir los buenos hábitos». La intención es crear grupos de trabajo interprofesionales, en los que tanto jueces, magistrados, fiscales, abogados, procuradores o notarios aúnen fuerzas para implantar la mediación en sus respectivas dinámicas de trabajo.
Según Azparren, además del ahorro del gasto y la reducción de la litigiosidad, «la posibilidad de derivar asuntos hacia un mediador, permitirá descargar de trabajo a los jueces, que podrán dedicarse a otros temas pendientes». Desde la GEMME defienden el incremento de la calidad de la Justicia, especialmente desde la mediación.